EL EJERCICIO DE LIDERAR PUEDE METERTE EN MUCHOS PROBLEMAS.
Cada día la oportunidad para liderar situaciones, está frente a tí:
- Un padre pasa la cena compartiendo los mismos argumentos destructivos cada noche, pero un día rompe el patrón y busca consejo en su familia.
- Un banquero inversionista casi cierra una adquisición de $100 mil millones, pero pone en riesgo todo el trato cuando pregunta «¿pueden estas empresas crear sinergias lo suficientemente rápido como para satisfacer a los inversionistas, dado el talento actual y las diferentes culturas dentro de los negocios?»
- Un vecino observa cómo el niño más bueno de la calle se pierde en su adolescencia poco después de la muerte de su madre, y organiza un café semanal para los padres del vecindario con el fin de brindar apoyo al padre y a su familia
- Te sientas en una reunión, observas a las personas evitar los problemas reales y decides que serás tú quien los ponga en la mesa.
Cada día te brinda la oportunidad de plantear preguntas importantes, hablar de valores más elevados y sacar a la superficie conflictos no resueltos. Todos los días tienes la oportunidad de marcar la diferencia en la vida de las personas de todo el mundo.
Y todos los días debes decidir si dar tu contribución, o guardarla para ti mismo para no molestar a nadie, y pasar al siguiente día. Tienes razón en ser cautelosa. La prudencia es una virtud. Molestas a las personas cuando tomas iniciativas impopulares en tu comunidad, pones nuevas ideas provocativas sobre la mesa en tu organización, cuestionas la brecha entre los valores y el comportamiento de los colegas, o pides a amigos y familiares que enfrentan realidades difíciles. Te arriesgas a la ira de la gente y te vuelves culpable.. ohhh. EL EJERCICIO DEL LIDERAZGO PUEDE METERTE EN MUCHOS PROBLEMAS.
Liderar es vivir peligrosamente porque cuando el liderazgo cuenta, cuando lideras a las personas a través de cambios difíciles, desafías lo que las personas aprecian: sus hábitos diarios, herramientas, lealtades y formas de pensar, sin nada más que ofrecer, quizás, que una posibilidad.
Además, liderar a menudo significa exceder la autoridad que se te otorga para enfrentar el desafío que tienes entre manos. La gente retrocede cuando se perturba el equilibrio personal e institucional que conocen. Y las personas se resisten en todo tipo de formas creativas e inesperadas que hasta podrían sacarte del juego: dejarte de lado, o eliminarte.
No es de extrañar que cuando las oportunidades para ejercer el liderazgo llamen, a menudo vaciles. Cualquiera que haya salido al frente, liderando parte o la totalidad de una organización, una comunidad o una familia, conoce las vulnerabilidades personales y profesionales. Por amable que sea tu estilo, por cuidadosa que sea tu estrategia, ten por seguro que aunque estés en el camino correcto, liderar es un negocio arriesgado.
“Sin embargo, creo que el liderazgo, aunque peligroso, es una herramienta digna de los costos. Nuestras comunidades, organizaciones y sociedades necesitan personas, dondequiera que trabajen y vivan, que asuman los desafíos a su alcance en lugar de quejarse de la falta de liderazgo desde arriba, esperar hasta que reciban un llamado a la acción o esperar su convertir en el trabajo superior. Esto siempre ha sido así, pero puede ser especialmente así ahora, en el mundo posterior al 11 de septiembre de 2011, de incertidumbre y vulnerabilidad”. Tomado del libro Leadership on the Line.
Liderar vale la pena el riesgo porque las metas se extienden más allá de la ganancia material o el avance personal. Al mejorar la vida de las personas que te rodean, el liderazgo proporciona sentido a la vida. Crea propósito. Cada ser humano tiene algo único que ofrecer, y un mayor sentido de propósito proviene del uso de ese regalo para ayudar a las organizaciones, familias o comunidades a prosperar. El regalo puede ser tu conocimiento, tu experiencia, tus valores, tu presencia, tu corazón o tu sabiduría. Tal vez sea simplemente tu curiosidad básica y tu voluntad de plantear preguntas inquietantes.
En este texto he tratado de ponerte en perspectiva de que arriesgarse a tí mismo y a tus ideas, responder eficazmente a los riesgos y vivir para celebrar el significado de tus esfuerzos, aunque a veces duela, vale la pena.
Aunque saque un pedacito de un libro que me hizo pensar que vivimos en un mundo BANI después del 11 de septiembre, también quisiera llevarte a pensar que esto trata sobre nuestro tiempo actual.
Vivimos en un período de la historia en el que asumir los riesgos del liderazgo en tu mundo individual es más importante y más complicado que nunca.
La globalización de la economía, la necesaria interacción de las culturas y el fácil acceso a la información y la comunicación a través de Internet hacen palpable la interdependencia. Las estructuras jerárquicas con roles claramente definidos han dado paso a organizaciones más horizontales con mayor flexibilidad, espacio para la iniciativa y la correspondiente incertidumbre. La democratización se está extendiendo tanto en las organizaciones como en los países. Todos estos movimientos crean nuevas oportunidades para que marques la diferencia.
Y créeme, solo lo podrás lograr a través del liderazgo, porque este hace que tu vida y tu trabajo importen.