Independientemente de lo que nos depare el futuro del trabajo, es importante utilizar las lecciones del año pasado para ser más inteligentes sobre el trabajo a distancia y cómo gestionar a los equipos desde casa.
En marzo de 2020, cuando casi el 100% de nosotros viajábamos a nuestras mesas de la cocina, y a otros rincones improvisados de la casa, convertidos en oficina y escuela, pocos de nosotros creíamos que todavía hoy, casi un año después, estaríamos igual con el trabajo a distancia.
La gran pregunta que se avecina en la mente de muchos empleados y líderes por igual es:
¿Qué significa todo esto para el futuro del trabajo?
Algunos argumentan que el gran experimento de trabajo a distancia del 2020 conducirá al fin de las oficinas para siempre. Otros dicen que el año pasado, de hecho, se demostró que necesitamos oficinas que apoyen la colaboración, la creatividad o simplemente asistir a una oficina es la excusa para poder salir de la casa. Dejando a un lado la tarea de predecir el futuro, podemos estar seguros de una cosa: todos tenemos mucho más clara la realidad del trabajo a distancia.
Qué tan bien seas capaz de dirigir una empresa, administrar empleados y lograr tus propios objetivos laborales, por supuesto, depende en gran medida de tus circunstancias particulares. Y aunque tal vez no puedas cambiarlas, puedes prepararte mejor para el éxito, ya sea simplemente para los meses restantes de incertidumbre o para un futuro en el cual el trabajo flexible será la norma.
Quiero compartir contigo, un poco de lo que he aprendido escuchando a mis clientes, en webinars, master class, educación a distancia, amigos, colegas, familia y más. Algunas lecciones aprendidas durante el transcurso de la pandemia sobre cómo hacer que trabajo a distancia funcione mejor:
1. Ser más intencional en las cosas que haces:
Desplazarte por la oficina, descansar para tomar café en la cafetería de la oficina, comerte un sándwich en una tienda de delicatessen cercana: probablemente nunca te diste cuenta de cuánto estas rutinas normales estructuraban tu jornada laboral en los tiempos anteriores. Sin esas pausas naturales que ofrecen descansos físicos y mentales, es casi seguro que hoy te sientas como si estuvieras trabajando las 24 horas del día, los 7 días de la semana y, sin embargo, sientes que no estás logrando tanto, esto sucede porque tu enfoque está disparado.
¡Lo que falta es la intencionalidad!
Más allá de hacer lo obvio, como crear un espacio de trabajo dedicado y cómodo, preferiblemente uno con una puerta que puedas cerrar, y establecer horarios, piensa en cómo y cuándo creas además espacio entre tú y tu trabajo.
Por ejemplo, si viajar al trabajo solía ser una forma crucial de ordenar tus pensamientos al principio y al final de cada día, vuelve a crear ese ritual saliendo a caminar antes de comenzar a trabajar y luego nuevamente después de terminar. Esta separación es clave para ayudarte a cambiar de contexto durante el día, lo cual es especialmente desafiante cuando tu mayor cambio de perspectiva puede ser pasar del dormitorio a la sala de estar.
2. Perfecciona tus habilidades para entablar relaciones.
A estas alturas, te perdono 😉 si tienes una relación de amor y odio con herramientas como Zoom, Teams, Meet y similares. Cumplen su propósito, pero no pueden, por sí mismas, hacer que tus colegas se sientan realmente conectados.
Si has estado en al menos una reunión incómoda de Zoom con formato de hora feliz, sabes de lo que estoy hablando. (Aunque hay un argumento que sostiene que encender la cámara ayuda en gran medida a ayudar a las personas a ser vulnerables entre sí y a conectarse). Lo que falta es un interés genuino y un cuidado mutuo como seres humanos.
Es tan simple como comenzar con la forma en que entablabas una pequeña charla con tus colegas o miembros de equipo. ¿Recuerdas los nombres de sus hijos? ¿O ese pasatiempo inusual que han tenido durante sus horas libres? En lugar de preguntar «¿Tuviste un buen fin de semana?», es una pregunta medio obvia si alguna vez hubo una.
Te recomiendo ser más específico e interesarte en cómo están viviendo los demás. ¿Cómo fue el primer día de kindergarten-virtual de David? ¿Cómo va la práctica de meditación? ¿Abrieron los gimnasios a donde asistía tu colega o aún sigue haciendo ejercicio en casa?
Esto aumenta tu inteligencia emocional a su máxima expresión: en lugar de seguir los movimientos y marcar casillas, construyes una relación que se centra en la empatía, lo cual es crucial sin importar cuál sea la posición que tienes en el trabajo.
3. Demuéstrale a tu equipo que confías en ellos.
Trabajar juntos de manera eficaz solo funciona cuando realmente tienes fe en que tus equipos pueden hacer su trabajo, dondequiera que estén. Esto puede requerir un cambio en el estilo de liderazgo, si anteriormente le dabas mucha importancia a ver a tu gente hacer su trabajo en la oficina. Y aunque no lo creas continúa pasando en muchas personas, el sentimiento de no ver a nadie de su equipo cerca, empieza a ser frustrante.
Y si ya estás pensando que necesitarás abordar o establecer una política de trabajo remoto en el futuro, te doy un consejo: Házlo simple. No te obsesiones con los detalles de cómo, cuándo y qué hacer en situaciones inusuales. Una política de dos frases podría ser todo lo que necesitas: medir el éxito por lo que están logrando y no por la cantidad de horas que trabajan tus colaboradores, parece sencillo… pero a la hora de la verdad el hábito de verlos puede ser más grande que los resultados.
4. Haz de tus habilidades de escritura tu nuevo súper poder.
Si bien el correo electrónico, wapp, Teams y todas las demás aplicaciones de comunicación en tiempo real pueden ser herramientas útiles, son tan efectivas solamente, como los mensajes que contienen. «La documentación es el súper poder tácito de los equipos remotos».
Una de las formas más fáciles de mejorar la colaboración es concentrarte en cómo usas la palabra escrita:
- Si estás explicando cómo se hace algo, la pregunta es: ¿los pasos son claros y fáciles de seguir?
- Si estás dando retroalimentación, ¿cómo se percibirá tu tono?
- Si estás estableciendo una nueva relación, la pregunta sería ¿estás transmitiendo confianza y seguridad?
Todas estas preguntas se vuelven más importantes cuando no estás frente a alguien.
5. Descubre que necesita cada empleado.
Este consejo es válido tanto para el presente como para el futuro, independientemente de donde realizarán su trabajo tus empleados.
Tal vez sea hora de revisar sus ventajas y beneficios y ajustarlos a la nueva normalidad, como agregar beneficios para clases virtuales de acondicionamiento físico y bienestar o para aplicaciones de meditación y sueño; pagar su servicio de internet, entre otras.
Si las personas tienen dificultades para sentir que siempre necesitan estar «activas», considera tener días sin reuniones y crea pautas claras sobre la disponibilidad digital en toda la empresa.
También puedes enfatizar el beneficio de tomarse un tiempo libre para obtener un cambio de perspectiva.
El objetivo aquí es evitar el agotamiento antes de que se convierta en un problema.
Y no te limites a pensar solo en quienes hacen malabares con los niños pequeños y el trabajo, por difícil que sea. El trabajo a distancia ha sido un enorme cambio para todos en general.
Lindsay Blaquely Inc.