El Networking es sin duda una habilidad que podemos llegar a amar o por momentos odiar 😱
Leí una investigación realizada por algunos psicólogos y publicada en la revista Kellogg y quisiera compartir contigo algunos insights sobre los factores sociales y psicológicos que pueden hacer que la creación de redes sea incómoda y cómo superarlos.
Tendemos a tener una variedad de reacciones ante la perspectiva de establecer contactos o de crear redes. A algunos de nosotros nos encanta hacer conexiones y compartir información con gente nueva. Otros, en cambio, eliminamos las presentaciones incómodas y las conversaciones triviales.
Y aunque probablemente todos hemos escuchado que la creación de redes es importante para nuestra carrera, estas diferentes actitudes significan que lo abordamos de manera diferente.
En esta investigación se detallan principalmente 5 factores sociales y psicológicos involucrados en el Networking, para que puedas evaluar tu propio enfoque y cambiarlo si es necesario.
1. El factor "Ick" - “desagradable” de la creación de redes
Maryam Kouchaki, profesora asociada de administración y organizaciones de Kellogg, habla sobre el factor desagradable que muchos de nosotros sentimos al establecer contactos. Ella y sus coautores exploraron de dónde proviene ese sentimiento y descubrieron que la creación de redes puede hacer que las personas se sientan moralmente “impuras”. Esto me suena real, puede ser que nuestro subconsciente piense así.
Por ejemplo, en un estudio, los participantes vieron palabras parciales que podían completarse con una palabra relacionada con la limpieza o con una no relacionada (S _ _ P podría ser, en inglés «soap» o «step»). Descubrieron que los participantes a los que se les había pedido que recordaran una instancia de creación de redes profesionales tenían más probabilidades de completar palabras relacionadas con la limpieza “soap” que los participantes que habían recordado haber forjado una conexión personal.
¿Cómo afecta a tu carrera profesional la aversión al networking? Los investigadores le preguntaron a un grupo de abogados sobre sus patrones en la formación de redes personales y descubrieron que los abogados que se sentían “menos limpios” después de la creación de redes tendían a hacerlo con menos frecuencia y tenían menos horas facturables.
Estos puntos me han hecho pensar, porque para decir verdad han habido veces que sí me he sentido extraña al acercarme a una persona por primera vez, para establecer contacto, algo así como un miedo, pero pudiera ser según esta investigación que suceda alguna asociación con la impureza, en la cabeza.
2. Cómo superar la aversión a las redes
Dada la importancia de las redes para muchas carreras, los hallazgos de Kouchaki plantean una pregunta interesante: ¿Se puede hacer algo para combatir este sentimiento de impureza? Y la respuesta es sí, la lente a través de la cual las personas ven su red puede alterar cómo se sienten al respecto. Como en cualquier caso, nuestras acciones son el reflejo de nuestros pensamientos y sentimientos.
“Queríamos saber qué determina si las personas se sienten culpables o no, y qué podemos hacer para ayudarlas a superar esta incomodidad”, menciona la investigadora.
“Piensa en la creación de redes como una oportunidad en lugar de una carga. Ese es el mayor obstáculo que debes superar”, indica Maryam Kouchaki
A través de varios estudios, encontraron que mientras más personas veían la creación de redes como una forma de lograr un objetivo (en lugar de una forma de prevenir consecuencias profesionales negativas), menos problemas se sentían por la creación de redes y más probable era que realmente lo hicieran.
3. ¿Quién sufre más en la creación de redes?
Los estudios de Kouchaki revelan un grupo de personas con una aversión particular a la creación de redes, aquellos que lo ven como una carga. Pero otros grupos tienen sus propias razones para que no les guste la creación de redes.
Ned Smith, quien fue profesor asociado de administración y organizaciones, analizó por qué los profesionales con más experiencia parecen sentirse más cómodos contactando activamente con sus redes que sus colegas más jóvenes.
“Detectamos esta desconexión entre quién realmente necesita tener más el comportamiento para desarrollar una red y quién es el que más lo hace.»
Smith y Cao exploraron por qué sucede esto. Primero, confirmaron que las personas de mayor estatus tienen redes más grandes y es más probable que trabajen para ampliar esas redes. Pero, de manera crítica, encontraron que las diferencias entre los individuos de bajo y alto estatus en realidad dependían de otra cosa: que las personas consideraban el estatus como un indicador de calidad. Cuando las personas atribuían su alto estatus a su talento y trabajo duro, estaban particularmente dispuestas a establecer contactos porque estaban seguras de que tenían valor para ofrecer y que otros serían receptivos a su alcance.
“Las personas de mayor estatus piensan: ‘No estoy solo creando redes; te estoy ofreciendo valor’” “No sienten que se están aprovechando de sus redes, lo que los hace parecer más auténticos”.
Por supuesto, lo contrario también es cierto: las personas de menor estatus que sienten que tienen poco que ofrecer a los demás tienen menores probabilidades de establecer contactos.
Para quienes piensan de esta manera el consejo es “pensar en el valor que aportas a esta relación. Si sabes que tienes valor para aportar a la relación, te sentirás más cómodo haciendo este tipo de trabajo”.
4. El “Estatus” afecta la forma cómo nos relacionamos
Entonces, el estatus social afecta la forma en que las personas generalmente abordan las redes. Otro estudio realizado por Smith y Leigh Thompson, profesora de administración y organizaciones, muestra que el estatus también afecta la forma en que las personas se relacionan cuando realmente lo necesitan: por ejemplo, cuando corren el riesgo de perder un trabajo.
Smith, Thompson y la coautora Tanya Menon, de la Universidad Estatal de Ohio, descubrieron que aquellos que se identifican como de alto estatus social acceden a redes sociales más amplias cuando se enfrentan a la posibilidad de perder el trabajo que aquellos que se consideran individuos de bajo estatus.
En consecuencia, «si soy una persona de alto estatus bajo amenaza, estaré potencialmente en una mejor posición para encontrar el próximo trabajo que una persona de bajo estatus frente a esta amenaza», dice Thompson.
La diferencia no está basada en el tamaño de sus redes. Más bien, la investigación muestra que quienes buscan empleo y se consideran de mayor estatus, generalmente se comunican con una amplia gama de contactos, incluidas personas que conocieron solo ocasionalmente en su vida laboral. Las personas de bajo estatus, por el contrario, tienden a compartir su situación solo con sus asociados más cercanos, como familiares y viejos amigos.
“Cuando las personas que se perciben a sí mismas como de alto estatus se enfrentan a la pérdida del trabajo, recuerdan incluso los lazos más débiles que hayan tenido en algún momento de su carrera”, dice Smith. Esto es importante porque los lazos de red débiles son fuentes clave de información relacionada con el trabajo. “Las personas de bajo estatus bajo la misma amenaza tienen exactamente la respuesta opuesta; van a lazos densos y fuertes – como la familia”.
Esto último es un gran insight también desde la forma como nos percibimos, esto puede afectar o ser aprovechado en la creación de redes.
5. Hombres y mujeres trabajan sus redes de manera diferente
Si bien es cierto que todos deberían trabajar en su red, eso no significa que sea una actividad única para todos. Diferentes tipos de personas necesitan formar diferentes tipos de redes.
Esto es cierto para hombres y mujeres que, por ejemplo, esperan conseguir los mejores trabajos.
Los investigadores analizaron los datos de las redes sociales y de colocación laboral de los graduados de un programa de MBA. Para los hombres, el factor más significativo que afectó el estado laboral después de la graduación fue cuán «centralizadas» estaban sus redes, es decir, con cuántas personas altamente conectadas tenían relaciones.
Las mujeres exitosas también tendían a ser más centralizadas, pero eso por sí solo no era suficiente para conseguirles un puesto importante. Las mujeres más exitosas a menudo también tenían un círculo muy unido de colegas femeninas.
La razón puede deberse a los tipos de información que necesitan los hombres frente a las mujeres para tener éxito. Presumiblemente, tener numerosas conexiones brinda acceso a lo que los investigadores llaman «información pública» sobre las compañías, como por ejemplo, qué empresas están contratando y qué tipos de candidatos están buscando. Para los hombres, eso sólo ya es suficiente para conseguir un buen trabajo.
Las mujeres, sin embargo, también necesitan “información privada”, que puede incluir consejos internos sobre la política y la cultura de liderazgo de una empresa, o sugerencias sobre cómo causar una buena impresión en una industria dominada por hombres.
Es probable que las mujeres solo confíen en esa información privada cuando proviene de contactos confiables. Además, solo las compañeras pueden proporcionar la información sensible y específica de género que será útil en un contexto profesional, de ahí el beneficio de tener conexiones que sean cercanas y que sean mujeres.
“Necesitas esa información privada para entender cómo negociar en un mundo en el que estás sujeto a diferentes estándares”.
BASADO EN LA INVESTIGACIÓN DE: Maryam Kouchaki, Edward (Ned) Smith, Leigh Thompson, Brian Uzzi y co-autores
Además te dejo más bibliografía interesante al respecto al Networking, aquí:
- https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/networking-is-a-dirty-business
- https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/improve-networking-attitude
- https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/network-size-social-status
- https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/status_and_the_social_network
- https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/successful-networking-men-women
- https://insight.kellogg.northwestern.edu/article/take-5-learn-to-love-networking