La agilidad, resiliencia, innovación y trabajo en equipo son las fortalezas que han permitido a las mujeres ejecutivas superar los retos de la incertidumbre actual.
Siete de cada diez mujeres aseguran que la capacidad para adaptarse, así como ser ágiles y resilientes, ha sido fundamental para superar los retos que presenta el contexto global actual, además de confiar en su pensamiento estratégico, visión e innovación y promover el trabajo en equipo.
Sin embargo, las tomadoras de decisiones identifican el balance entre vida personal y profesional como el principal reto para su éxito y crecimiento. El trabajo híbrido se considera una posible solución, ya que mejora la calidad de vida y ofrece un mejor equilibrio entre vida y trabajo.
Para lograr una inclusión efectiva del talento femenino en puestos de Alta Dirección es importante conocer sus planes y ambiciones. Adicionalmente, los programas de mentoría para impulsar a las mujeres han cobrado relevancia por su capacidad para cerrar la brecha que existe en posiciones directivas, ocupadas en su mayoría por hombres. Este tipo de iniciativas, en las que mentoras y mentores comparten sus experiencias, permiten a las mujeres reforzar su confianza personal, así como para apoyar el desarrollo de contactos e intensificar el networking dentro y fuera de la empresa.
¿Cuáles son las motivaciones para el éxito nuestras Líderes en Alta Dirección?
El 50% de mujeres revelan que una de las principales motivaciones para alcanzar el éxito es crecer profesionalmente y desarrollar nuevas competencias, contrario a las creencias asociadas de que las mujeres no son tan ambiciosas como los hombres en su proyección profesional o que privilegian su vida doméstica y familiar.
Además, cuatro de cada diez mujeres desean convertirse en modelos a seguir y abrir espacios para las nuevas generaciones. De hecho, las altas ejecutivas también se ven motivadas por crear un impacto positivo en la sociedad, impulsar al talento y consolidar la resiliencia, innovar y redefinir el modelo de negocio de sus organizaciones.
En relación con los factores que consideran cruciales para ser exitosas, seis de cada diez líderes en alta dirección buscan capacitarse en competencias técnicas y conductuales (soft skills) para renovar su base de conocimientos y habilidades, un 46% de nuestras estudiadas quiere lograr un balance entre vida y trabajo, y 40% generar un cambio cultural en la sociedad sobre el papel de la mujer en los negocios.
Es decir, las mujeres en alta dirección están comprometidas con el cambio. Pareciera que las adversidades, lejos de desincentivarlas, las han hecho encontrar y analizar puntos clave para el funcionamiento efectivo de las organizaciones, y, más importante aún, para convertirse en protagonistas del cambio de mentalidad en el mundo de los negocios.
Balance vida-trabajo: el desafío vigente
En la actualidad, muchas mujeres ocupan posiciones ejecutivas en el mundo empresarial, lo que les exige una gran dedicación y esfuerzo en su trabajo. Sin embargo, también es importante que estas mujeres encuentren un equilibrio entre su vida laboral y personal, para evitar el agotamiento y el estrés que pueden afectar su salud y bienestar.
Para lograr un equilibrio entre la vida laboral y personal, es fundamental establecer límites claros entre el trabajo y el tiempo libre. Esto puede implicar establecer horarios de trabajo regulares y respetarlos, así como evitar trabajar fuera del horario establecido a menos que sea absolutamente necesario. También es importante hacer tiempo para actividades y pasatiempos que sean significativos y gratificantes fuera del trabajo.
Además, es fundamental tener una red de apoyo sólida, que puede incluir a amigos, familiares o colegas de trabajo. Estos pueden brindar apoyo emocional y práctico, lo que puede ser esencial para lidiar con el estrés y la carga de trabajo.
Finalmente, es importante recordar que el equilibrio entre la vida laboral y personal no es una meta fija, sino un proceso continuo de ajuste y adaptación a medida que cambian las circunstancias laborales y personales. Al hacer un esfuerzo consciente para equilibrar la vida laboral y personal, las mujeres ejecutivas pueden mejorar su calidad de vida, reducir el estrés y mejorar su rendimiento en el trabajo.
Protagonistas del cambio
La mayor motivación de las mujeres directivas es ayudar a consolidar la resiliencia e innovar y redefinir los modelos de negocio de sus empresas. 38% de las ejecutivas tiene como motivación crecer profesionalmente y desarrollar nuevas competencias para ser protagonistas de este cambio, y a la par 43% buscará cultivar su vida personal y familiar. Finalmente, a 37% le motiva crear un impacto positivo en la sociedad en la nueva realidad.
Consistentemente, las mujeres en alta dirección consideran como factores cruciales para el éxito futuro su actualización y el desarrollo de competencias, el networking dentro y fuera de la empresa y ser capaces de lograr el balance entre la vida personal y el trabajo.
Respecto a las fortalezas personales que ayudarán a las mujeres de la Alta Dirección a desarrollarse profesionalmente, destacan: la adaptabilidad, agilidad y resiliencia, la inteligencia emocional y conexión con otras personas, el pensamiento estratégico, visión e innovación, capacidad de trabajar en equipo y capacidad para tomar decisiones.
Las líderes apuntan a la combinación y el equilibrio entre comportamientos y actitudes que están bajo su control (como su percepción de las circunstancias y cómo reaccionan ante ellas), y, por otro lado, lo que depende de su interrelación con otras personas. En ese sentido, las mujeres ejecutivas están privilegiando el fortalecimiento de las relaciones humanas, ya que tanto el apoyo de sus equipos de trabajo como los vínculos a largo plazo con los clientes permitirán convertir en realidad su visión de recuperación y crecimiento.
Asimismo, 70% de las directivas reconocen que existen retos a pesar de esta disposición por salir adelante y sus fortalezas para hacer frente a condiciones adversas. En primer lugar, destaca la necesidad de balancear su vida personal y profesional. La carga de las actividades familiares y domésticas continúa siendo un reto que puede dificultar el crecimiento y desarrollo de su carrera. Las líderes empresariales, conscientes de este reto y afrontándolo, podrán influir desde su posición y jerarquía para promover condiciones flexibles y orquestar un cambio cultural en sus organizaciones, que permita lograr un equilibrio.
Tomar decisiones que impulsen su carrera es el segundo reto más importante que enfrentan las directivas. En este sentido, el “síndrome del impostor” podría estar jugando un papel determinante, generando inseguridad y una auto percepción persistente de ser incapaces de entregar resultados, tener miedo al éxito o al fracaso, o autosabotaje. 77% de las directivas afirma haber experimentado personalmente este síndrome en diferentes momentos de su carrera.
Es fundamental su intervención y liderazgo para redefinir una cultura que apoye condiciones favorables para el desarrollo de las mujeres, evitando circunstancias adversas que les provoquen este síndrome y dificulten su crecimiento y ascenso profesional. Es importante destacar que los roles y estereotipos de género tienen un impacto significativo en el sentido de pertenencia de una mujer en un lugar de trabajo, por lo cual es relevante contar con líderes, jefes y mentores que apoyen a las mujeres que asumen roles de liderazgo o son promovidas al nivel ejecutivo o de gerencia para potenciar su desempeño y resultados.
Adaptado de varios estudios realizados por KPMG sobre Mujeres en la Alta Dirección
- https://kpmg.com/mx/es/home/tendencias/2021/03/fortaleza-y-resiliencia-de-las-mujeres-en-la-alta-direccion-en-mexico.html
- https://www.clusterindustrial.com.mx/noticia/5933/las-mujeres-de-la-alta-direccion-buscan-cerrar-la-brecha-laboral-kpmg
- https://retos-directivos.eae.es/desafios-que-las-mujeres-directivas-han-de-superar/