¿Se puede adquirir, mejorar o quizá tratar?, suena un un poco extraño pensar que la Inteligencia Emocional se pueda ¡tratar!, ¿acaso necesitaremos de terapia psicológica para mejorar nuestra inteligencia emocional?.
Bien, mejor primero vamos a definir que es esto de la Inteligencia Emocional.
Formalmente definida por Petrides, Pita & Kikkinaki, 2007 – como las constelación de percepciones emocionales localizadas en los niveles bajos de la jerarquía de la personalidad, y que esencialmente concierne a las percepciones de nuestro mundo emocional.
Y aquí quisiera resumir las 15 facetas de la inteligencia emocional, para recalcar que no es una, sino un conjunto de actitudes, percepciones y estados del cerebro, que comandan nuestras reacciones y relaciones.
Adaptabilidad: flexibilidad y dispuesto a adaptarse a NUEVAS condiciones.
Asertividad: directo, franco, y dispuesto a luchar por sus derechos.
Percepción emocional (propia y de otros): clareza acerca de los propios sentimientos, así como de los sentimientos de los demás.
Expresión de la emoción: capacidad de comunicar nuestros sentimientos a los demás.
Manejo de emociones (otros): capacidad de influencias en los sentimientos de otras personas.
Regulación emocional: capacidad de controlar las emociones.
Impulsividad : reflexivo y menos propenso a ceder a sus impulsos.
Relacionamiento: capaz de mantener mantener buenas relaciones personales.
Auto-estima: exitoso y seguro de sí mismo.
Auto motivación: motivado y poco probable que renuncie en medio de la adversidad.
Conciencia Social: networkers exitosos con excelentes habilidades sociales.
Manejo del estrés: capaz de manejar la presión e regular el estrés.
Empatía: capacidad de ver la perspectiva de la otra persona.
Felicidad: alegre y satisfecho con su vida.
Optimismo: que tiene confianza y está dispuesto a “mirar el lado bueno” de la vida.
Entonces claro que esta larga lista, influye 100% en nuestras decisiones, capacidad de relacionarnos con las personas de un manera correcta y para quienes se encuentran en el ámbito organizacional, ya sea liderando equipos de trabajo o no, crea actitudes de liderazgo que necesariamente impactan en el desarrollo profesional y personal.
Y, ahora sí, después de entender que significa y en que parte del cerebro se encuentra lo que llamamos de Inteligencia Emocional, podemos entrar a hablar de si es posible, medirla, entenderla y desarrollarla… con el fin de relacionarnos y comunicarnos cada día mejor dentro la organización, y entre los diversos grupos generacionales.
Y la mejor de todas las respuestas que puedo darle es ¡sí!, ¡si se puede!, en primera instancia, evaluar la Inteligencia Emocional y en segundo lugar, con el autoconocimiento, trabajar para modelarla.
Para esto, utilizamos un cuestionario llamado (TEIQ – Trait Emotional Inteligence questionaire) que le indica ¿qué tan bien entiende y manejar sus emociones?, lo bien que las interpreta y se ocupa de las emociones de los demás y como utiliza este conocimiento para gestionar sus relaciones.
El TEIQ le da la ventaja del autoconocimiento para desarrollar la Inteligencia emocional en el complejo entorno empresarial de hoy. Lo equipa a usted y sus empleados con las herramientas necesarias para entender sus fortalezas y limitaciones, cómo reaccionan a la presión, lo bien que se pueden desarrollar nuevas relaciones y cuan auto-motivados y adaptables estamos. Esta visión permite poner en práctica planes de acción desarrollar sus habilidades de liderazgo.
Como líderes de las organizaciones podemos utilizar el análisis TEIQ, para:
- Reclutar candidatos emocionalmente inteligentes.
- Fomentar el compromiso y la lealtad.
- Emplear una comunicación efectiva.
- Afinar sus habilidades de gestión.
Y en forma personal para entender nuestras emociones y cómo gestionar las relaciones.
El TEIQ se basa en la evaluación de los rasgos de la inteligencia emocional según la teoría K. V. Petrides (Rasgos IE), que contempla la construcción como una constelación de emocionales y auto-percepciones situadas en los niveles inferiores de las jerarquías de personalidad.
El test TEIQ proporciona un análisis completo de los aspectos afectivos de la personalidad, es decir, que evalúa el mundo emocional de la persona en forma integral.
Entre otras características psicológicas, TEIQue evalúa nuestras creencias acerca de nuestras capacidades emocionales (por ejemplo, ¿cuán bueno pensamos que somos en la identificación, comprensión y gestión de nuestras propias emociones y las de otras personas).
Estas creencias son fuertes predictores de una notable variedad de comportamientos y logros, muchos de los cuales son vitales en el lugar de trabajo (rendimiento en el trabajo, satisfacción en el trabajo, estrés laboral, liderazgo, ciudadanía organizacional, compromiso organizacional, trabajo en equipo, etc.).
Claro el test no servirá de nada, si no se realiza un plan de acción para mejorar las habilidades emocionales que se encuentren con un bajo porcentaje, por lo que es importante realizar un trabajo ya sea con Recursos Humanos dentro de las organizaciones o con un Coach de Carrera capacitado en el tema, para crear un plan de acción y desarrollo de las habilidades para convertirse en los líderes que deseamos, con una alta motivación, buenas habilidades sociales y grandes comunicadores.