propósito de su trabajo
junio 15, 2017

“Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para enseñarnos que vale más escuchar que hablar” – Zenón
Es verdad que este tema se ha tratado muchísimas veces, sin embargo, terminamos cayendo en “interpretaciones” que NO nos permiten entender lo que la otra persona ha intentado transmitirnos.
Esto no es fácil, parece, pero no es fácil… se torna complejo porque existen dos seres humanos en el acto de escuchar y entre ellos un mundo de situaciones que hoy voy a intentar resumirlas en cuatro:

Escuchar lo que se dice
Escuchar para qué se dice
Escuchar las consecuencias de lo que se dice
Escuchar cómo se dice

Escuchar lo que se dice: Este nivel está sujeto a dos factores adicionales, que son: interpretar el significado y las condiciones de la escucha.
Con interpretar el significado me refiero, al significado que construímos en nuestra escucha, cuando nos preguntamos ¿Qué está diciendo? O ¿Qué está queriendo decir?.
Y con las condiciones de la escucha me refiero a cuatro factores que condicionan la forma cómo escuchamos a la otra persona que son: la situación comunicacional, el ambiente en el que estamos, la imagen pública del interlocutor y la emocionalidad de la conversación.
El consejo que puedo dar aquí es siempre, preguntar para verificar lo que entendimos, es la mejor forma de contextualizar lo que estamos escuchando.
Por ejemplo:
Explícame a qué te refieres con esto
Parafrasear… a ver si entendí bien y volver a repetir lo que la otra persona dice
O, también podemos utilizar frases como: a ver, permíteme recapitular, me gustaría comprobar si entendí tu punto de vista, o si entendí bien, me has dicho…
Esto ayudará a evitar conclusiones anticipadas sobre lo que la otra persona quiso decir y lo que nosotros entendimos.
Escuchar para qué se dice: Esto surge de la necesidad del ser humano de entender o interpretar las inquietudes y preocupaciones de nuestro interlocutor. Cuando observamos a alguien realizar una acción, precisamos encontrarle un sentido y una explicación de porqué hace lo que hace.
Por ejemplo: cuando el jefe te informa que la fecha de entrega del proyecto fue consensuada en la reunión de gerentes, puedes entender que te está queriendo decir que es importante que tu equipo cumpla estrictamente el plazo establecido, ya que el proyecto está relacionado con otras áreas.
Aquí entonces es muy importante poner en práctica la habilidad para indagar. La indagación es la herramienta más poderosa que tenemos para lograr una escucha efectiva y para que el otro revele sus preocupaciones. Indaga lo que el interlocutor quiso decir.
Escuchar las consecuencias de lo que se dice: Cuando escuchamos, lo hacemos desde nuestras propias preocupaciones y, por lo tanto, los interrogantes que nos surgen son: ¿qué consecuencias tiene para mí lo que me está diciendo? ¿qué cambios pueden producirse a partir de esto? ¿de qué modo estos cambios afectan mis intereses? ¿cómo esta conversación me abre o cierra posibilidades?
Porque el hablar es actuar e inferimos que cualquier conversación puede modificar el estado de las cosas.
Aquí la herramienta más poderosa que tenemos para realizar una escucha efectiva es compartir preocupaciones. Entonces la conversación se torna en una avenida de doble vía, yo le comparto mis preocupaciones a la persona con la que hablo, y ella me comparte las suyas. Entonces nos ENTENDEMOS.
Escuchar cómo se dice: quizá la más complicada de las cuatro anteriores sea esta, porque en una conversación, como dije al principio se encuentran dos SERES HUMANOS, y porque somos SERES HUMANOS, tenemos emociones, esto no lleva a una interpretación de la emocionalidad de nuestro interlocutor y es en la observación y la escucha “no verbal” donde dilucidamos el estado emocional de la conversación….

“Rara vez el otro nos dirá con palabras lo que experimenta, en cambio, nos lo revela por su tono de voz, su expresión facial, y otras maneras no verbales— la falta de oído emocional conduce a la torpeza social” – Daniel Goleman

Y, no menos importante en este punto, es necesario que seamos conscientes de cómo nuestra propia emocionalidad afecta nuestra escucha.
Lo cierto es que como dice el título del artículo Al Escuchar nos Conectamos, SI, solamente cuando hacemos uso de nuestros dos oídos y calmamos nuestra única boca, estamos en la capacidad de conectarnos con la otra persona, de entender lo que desea, pasando por las cuatro situaciones mencionadas en este artículo.
Cuéntame, ¿cómo llevas el arte de escuchar? Déjame tus comentarios que como siempre digo, apoyan a todos quienes nos leen.
Adaptado del libro: El Arte de Comunicarnos – Oscar Anzorena

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