5 consejos para aprender a soltar el control
El tener control sobre algo nos brinda cierta sensación de seguridad; sin embargo, es crucial aceptar que no todo está bajo nuestro control. Enfocarnos únicamente en lo que podemos gestionar nos ayuda a reducir el estrés y a ser más eficientes, permitiendo adaptarnos mejor a las circunstancias cambiantes y a encontrar oportunidades en medio de la incertidumbre.
¿A quién no le gustaría poder controlar todo? De esta forma, podríamos reducir el riesgo de que cualquier cosa que no forma parte de nuestros deseos, suceda. Lamentablemente, quienes no pueden soltar el control sufren de ansiedad, síntomas corporales, angustia, tensiones, preocupaciones constantes, pensamientos negativos, ideas catastróficas de la vida, entre otras cosas.
Sí, soltar el control es una acción sumamente difícil, pues tras ella, está muy presente el miedo.
Principalmente, miedo a que las cosas no salgan como lo hemos planeado, que exista algo que se interponga o que alguna barrera se eleve ante nosotros para ponernos a prueba.
Cuando sueltas el control tomas las riendas de lo que sí te corresponde, y le regresas al otro la responsabilidad sobre su propia vida, sentimientos, decisiones y pensamientos. O a su vez le regresas a la vida su fluidez.
Estos consejos te ayudarán a comenzar a soltar el control:
Comprende por qué quieres controlarlo todo
Para soltar el control, primero debemos comprender el por qué detrás de esta conducta o tendencia, y saber que hacerlo es una forma en la que te sientes más seguro y a salvo, con cierta certeza sobre las cosas, el futuro o sobre los demás. Recuerda que una de nuestras necesidades básicas es evitar el sufrimiento, y cuando las cosas a nuestro alrededor salen de control, sufrimos. Tener el control es tener el poder, y con eso, creer que evitas el sufrimiento.
En este proceso te ayudará aumentar tu autoconocimiento, conectando con tu poder y con la responsabilidad contigo mismo.
Tener el control es una ilusión
Pretender tener el control de absolutamente todas las cosas que suceden en ti y a tu alrededor, te sumerge en una ilusión, en la que crees que tienes el control cuando, en realidad, siempre estamos expuestos a que sucedan cosas que salen de nuestro control. Es una ilusión creer que tienes el control y también pretender tenerlo siempre, así como también creer que teniendo el control te vas a sentir a salvo, protegido y con todo listo para poder relajarte.
En lugar de perseguir esta ilusión, es más útil enfocarse en desarrollar la resiliencia y la capacidad de adaptarse a las circunstancias imprevistas. Aceptar la incertidumbre y centrarse en lo que realmente se puede controlar no solo reduce el estrés, sino que también abre la puerta a nuevas oportunidades y aprendizajes.
¿Realmente ayuda pretender tener el control?
Tómate un tiempo para darte cuenta de la cantidad de desgaste, estrés y tensión que te significa estar luchando por tener el control. Cuando lo hagas, verás que no te estás relajando con este comportamiento, sino que te genera más estrés. Trata de reflexionar cuánto tiempo, esfuerzo y atención pones en mantener el control de ti, de la vida y de los demás. Analiza si realmente te está dando los resultados que esperas que te dé.
Al hacer esto, podrías descubrir que al soltar un poco el control, encuentras una mayor paz y una sensación de libertad, permitiéndote concentrar tu energía en aspectos de tu vida que realmente puedes influenciar y mejorar.
Mejor, “toma las riendas”
Tomar las riendas significa hacernos responsables de aquello que sí nos corresponde hacer, resolver o lograr. No es lo mismo soltar el control y dejar que la vida decida por ti, a tomar las decisiones sobre ti mismo siendo flexible y consciente de que el camino y las circunstancias puedan modificarse debido a los factores que salen de tu control.
Haz lo mejor que puedas, y suelta lo demás
Preocúpate por lo que quieres para ti mismo y para tu vida. Luego, toma acción para lograr lo que quieres, siempre teniendo en cuenta que el resultado no está asegurado. Esfuérzate en hacer lo mejor que puedas y evita controlar el resultado, soltar esa expectativa es soltar el control. De esta forma, podrás dedicarte en hacer lo que necesitas para tu propio bien.
Al final del día, la verdadera libertad y paz interior provienen de soltar lo que no podemos controlar y enfocarnos en lo que sí está dentro de nuestro alcance.
Acepta la incertidumbre como parte de la vida y permite que esta aceptación te guíe hacia un estado de mayor resiliencia y bienestar.
Aprende a confiar en tus habilidades y en tu capacidad para adaptarte a cualquier situación que se presente, sabiendo que tienes el poder de influir positivamente en tu entorno inmediato y en tu propio desarrollo personal.